Odio tener algo y saber que tarde o temprano lo perderé.
Tu vida en 65 minutos.
Odio tener algo y saber que tarde o temprano lo perderé.
"El recital no fue exquisito, costaba un poco remontar la música, pero le pusimos garra y terminamos en unextasis colectivo que terminó por contagiarnos", "Nos aplaudieron a rabiar, me ovacionaron como a Pavarotti, no me querían dejar ir del escenario; qué público más bueno el de zgz".
"La música hace desaparecer el tiempo. Como acompañar a Andrés en el saludo final, en la gran ovación que nos brindó el público de Zaragoza, que fueron instantes eternos que registré con mi cámara y muestro aquí abajo".
Supongo que ésta será una de las primeras cartas enviadas a un periódico por una chica menor de edad y, sin embargo, creo que somos nosotras quienes tenemos que tomar cartas en el asunto del aborto. Siento mucho oír a gente mayor y a hombres hablar de ello sin darse cuenta de que la ley del aborto nos afecta a nosotras. Se apela a los sentimientos. Yo apelo a la razón. Las nuevas leyes solo pueden beneficiar a las mujeres que deseen abortar, lo cual no obliga a nadie a hacerlo. Simplemente ampara a un sector ya de por si desprotegido. Conlleva riesgos, como cualquier práctica médica, pero más peligrosos sería si se practicara clandestinamente. En cuanto al limite de edad y a la información de los padres, aquellos que estén seguros de la educación que han dado a sus hijos no deben temer que ellos les oculten nada, y aquellos que no han estado a la altura, no deben exigir ser informados. Estas leyes limitarán la gerontocracia y darán más autonomía a las mujeres jóvenes. Pero nuestras opiniones no interesan porque son mayoría, solo interesa reflejar los pocos discordantes.