Todos deberíamos poder disfrutar de un paréntesis cada cierto tiempo. Tener a nuestra disposición esa pareja de signos de puntuación entre los que poder saltarnos el guión que interpretamos a lo largo del día.
Abandonar el puesto de trabajo en el momento en que más tareas dependen de uno, sabiendo que a la vuelta, tras el cierre del signo, nadie te recriminará nada. Disponer de un fin de semana con la persona que te apetece sin que eso afecte a tu relación del día a día. Abandonar el coche en medio de un atasco, con la seguridad que tus puntos y tu vehículo volverán contigo cuando salgas del paréntesis. Beberte la barra entera con la tranquilidad de que la resaca se quedará atrapada entre ambos signos de puntuación... En definitiva, poder hacer un corte de mangas al despertador de la rutina sabiendo que todo seguirá igual, ahí esperándote, cuando vuelvas a despertar.
En fin, hay días en que uno necesitaría aislarse entre esos dos paréntesis y sentirse una aclaración de las que no afectan al conjunto del texto que marca el guión que interpretamos día a día (vaya dolor de tarro).
Y aquí, uno con problemas de comillas:
1 comentario:
Tienes razón tío, pero la pereza que daría volver a cerrar el parentesis...Sobre todo en el ejemplo que has puesto en el que hay mucho curro...
Muy encontra de los entrecomillados gestuales...Si la palabra que dices no quiere decir lo que tu pretendes, ¿por qué no utilizas alguna que si lo quiera decir?
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