lunes, 19 de enero de 2009

No me gustan las setas

Será por su textura, por su sabor o porque de pequeño me daba lástima comerme la casa del pitufo menos esperado. El caso es que procuro no comerlas. 
Sin embargo, cada vez que entro en El cisne azul y llega su carta a mis manos, no puedo remediar lamentar esta decisión que me impide disfrutar del placer que debe suponer saborear cada una de sus espectaculares y variadas raciones de todo tipo de setas: boletus, trompetas de la muerte, cantharellus, gurumelos, enokis, de cardo... Multitud de variantes preparadas a la plancha sin nada más que un chorrito de aceite y en compañía de huevos, de foie fresco, de mollejas o de queso de cabra.

Menos mal, que todo esto se me olvida en cuanto me pido una cerveza y una ración de tomate raf con ventresca, o de morcilla de arroz con cebolla caramelizada, o de torta del Casar, o de queso manchego, o de cecina o, como no, sus chuletillas de cabrito o lomo de buey a la plancha.

Las raciones oscilan entre 10 y 12 euros, las carnes rondan los 20 y las setas, en función de la temporada, andan en torno a los 15-20 euros. Precios que, unidos a la calidad de las materias, hacen que a pesar de que el local no es nada del otro mundo –incluso algo cutre– se encuentre siempre lleno.

El cisne azul está en plano barrio de Chueca, en la calle de Gravina, 19, de Madrid. Y su teléfono es el 91 521 37 99.

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