jueves, 12 de junio de 2008

Enferma mental

Siempre había sido una persona muy aprensiva. Tan hipocondríaca que era capaz de apoderarse del sufrimiento de cualquier enfermedad que encontrase a su alrededor: si un amigo tenía algún malestar, ella también; si un conocido tenía un percance, ella se contagiaba; si en House aparecía un paciente con la más extraña de las enfermedades, ella padecía todos y cada uno de los síntomas descritos en la tele.
Apenas tenía 40 años y su cabeza ya había vivido tantas enfermedades que, además de testamento, había firmado un documento ante notario por el cual otorgaba poderes a dos de sus mejores amigos para no tener que vivir enganchada a una máquina si se diese el peor de los casos.
Esa noche se quería morir. Se acostó tan afligida que ni siquiera consiguió dormir un solo minuto. Fue en el momento en que el reloj marcaba las 05.02 cuando dos chasquidos consecutivos sonaron en el interior de su cabeza. El primero ocasionó un corte de riego en el lóbulo derecho de su cabeza, lo que provocó el segundo, causante del apagón de toda la actividad del izquierdo.
Así acabó todo, tal y como ella anticipó que iba a acabar. Lo sabía desde el mismo momento en que se metió en la cama, apagó la luz de la mesilla y su mente enfermiza se puso a pensar en ello.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ufff!! Qué miedo da el poder de la mente......