martes, 3 de febrero de 2009

Bricomanía

¡Más de dos semanas sin desaparecerme el boli de la mesa!
Y todo gracias a un cable de teléfono, un poco de cinta aislante y una bandeja.

Muy importante que la bandeja a la que conectas un extremo tenga mucho peso, en caso contrario podría desaparecerte también la bandeja (aunque si se lleva el trabajo acumulado en ella, sería un alivio), y que el otro extremo esté atado al boli con unas cuantas vueltas de cinta aislante de la que venden en los chinos (no con otro método, pues es importante que en caso de que te lo terminen robando, el boli quede asquerosamente pegajoso, que para cabrón... uno).

1 comentario:

Sonia dijo...

yo tengo un bote lleno de lapiceros del IKEA. cada vez que voy me traigo un montón. si los sacas punta muchas veces se quedan tan pequeñitos que no los coge nadie