viernes, 16 de mayo de 2008

Cuestión de marcas

No conozco la noche sin la compañía de mi Dyc con Coca-cola, ni Navidades sin bocata de calamares en la Plaza Mayor. Diez de mis doce perchas de vaqueros esconden la etiqueta roja de Levi's cosida a sus bolsillos y no tengo, ni en casa ni en la oficina, ojos para mirar un ordenador que no sea un Mac.
No hay disco de Calamaro que no haya comprado, ni desayuno que pase sin haber destapado mi bote de Cola-Cao. Nunca hubo otro móvil en mi vida que no fuese un Nokia conectado a Vodafone, ni zapping posible cuando Buenafuente, Jamie Oliver o los chicos de CQC están en la tele. En la carretera no puedo evitar el escalofrío que recorre mi cuerpo cada vez que me encuentro con un toro de Osborne, ni que en mi nevera falten unos cuantos botellines de Mahou 5 estrellas.
Sí, se puede decir que soy fiel.

No hay comentarios: