Lo conocí gracias a Antonio y a Fernando a base de pinchar "Mucho mejor" y "En el último trago" noche tras noche en el Tate Guate.
Poco a poco me fui haciendo con toda la discografía de los Rodríguez cuando estos se estaban separando allá por el 96. Llegué un poco tarde.
Un año después, en mi habitación no paraba de sonar el Alta Suciedad, su primer disco en solitario para mi. Y desde entonces lo nombré encargado de poner banda sonora a mi vida.
Hoy hace nueve años que lo vi por primera vez gracias a Ana, que me consiguió este pase, y después del cual no he faltado a ninguna de sus citas con Madrid.
Según un reciente estudio, en España se distribuyen al año más de diez millones y medio de bolsas de plástico. Es decir, que consumimos unas 238 bolsas de plástico por persona al año, lo que equivale a un total de 97.400 toneladas que de no ser recicladas se transforman en basura muy contaminante, ya que cada bolsa está compuesta de sustancias derivadas del petróleo que pueden tardar en degradarse más de 100 años. Desde Greenpeace y otras organizaciones preocupadas por el medio ambiente nos piden reducir su uso y reutilizarlas siempre que sea posible, algo que sin duda lleva a rajatabla el tipo de la foto que tomé hace unos días cerca de la Plaza Mayor de Madrid. ¿Sabías que Galerías Preciados lleva desaparecida casi 13 años?
Así que, fuera de coñas, colabora siempre que puedas siguiendo el ejemplo de este buen hombre o reciclándolas al contenedor amarillo.
Tiene sobredosis de repertorio magistral y sabe darle una vuelta de tuerca a sus clásicos, arreglos justos, eficaces. Es capaz de defenderse sin instrumento, sólo con Tito Dávila al piano. Llena el escenario. No es fénix porque, con todo, nunca hubo cenizas. Es más importante, más duro: un Prometeo que en la carrera de fondo ha logrado ganarle la batalla a los dioses. Gran Andrés. Siempre.
El argentino comenzó alternando sus éxitos de siempre con las canciones del nuevo disco, La lengua popular, un gran disco poco conocido plagado de las canciones del Calamaro genuino, del Calamaro que ha vuelto a ser el rockero que fue.
La honestidad más brutal de un Calamaro reconvertido, incandescente e inagotable encima del escenario. Andrés esta en plena forma. Lo sabe. El Ave Fénix disfruta y su publico también.
"El salmón" y "Los chicos" fueron las encargadas de abrir la actuación estrella del Metrorock celebrado el sábado en Madrid. Sin pausa alguna, le siguió "Tuyo siempre" y "Mi gin tonic". Tal cañonazo de presentación hizo que para cuando el argentino quiso parar para lanzar su "¡Buenas noches Madrid!" ya nos tenía a todos en el bolsillo.
Guitarra en mano, lejos de su escondite habitual tras los teclados y haciendo algún que otro malabar con el soporte del micrófono, el imponente Andrés se mantuvo al frente de la gran banda de rock que ha formado para esta gira. Junto al habitual bajo de Candy Caramelo, con el que llegó incluso a hacer un dúo con el tema "Elvis está vivo", se rodeó de la potencia de 3 guitarras más, las de Julián Kanavdky, Diego García y Geni Avelló y los inconfundibles y clásicos Niño Bruno a la batería y Tito Dávila ante los teclados. Fueron más de dos horas del mejor Calamaro (él quería tocar tres horas, los organizadores le dijeron que dos), que semioculto detrás de sus gafas de toda la vida, demostró estar en uno de sus mejores momentos, disfrutando de cada segundo de la noche y repartiendo caña a diestro y siniestro con un repertorio minuciosamente seleccionado, en el que no faltaron grandes clásicos de Los Rodriguez como el "Canal 69" y "Sin documentos", viejos temas como "Estadio Azteca", "Crímenes perfectos", "Chicas", "Loco", "Me arde", "Flaca", "Alta suciedad"... y unos cuantos más de su último álbum "La lengua popular" entre los que sonaron "Los chicos", "Carnaval de Brasil" y "Soy tuyo". También estuvo allí Jaime Urrutia para interpretar con él "Cuatro rosas" e incluso hizo un hueco para un par de tangos con la única compañía de Tito Dávila a los teclados.
Un concierto vibrante, emocionante, definido, claro, elegante y perfecto en el que toda la familia de salmones nos entregamos de principio a fin, desde que el gran Andrés pisó el escenario hasta la última nota de "Paloma" que una vez más tocó la fibra y puso el broche final a una noche inolvidable. Dice Calamaro en su blog que las críticas del concierto de Madrid son una avalancha de los mejores cumplidos que pueda soportar un músico, digo yo que eso será porque se lo ha ganado.
Melancolía, felicidad y muchas ganas de volverle a ver, con la sensación de que todavía tenemos Calamaro para rato.
Andrés, ¡eres un fenómeno!
Enamorado y padre reciente, se le ha puesto un cuerpo de rockero maduro que ha pasado lo suyo y ahora se ríe hasta de su propia planta.
Andrés Calamaro, en lo alto del cartel, ya no tiene incertezas en lo que a conciertos se merece, y su banda, de rock atacado y cañero, arrancaron de todos los allí reunidos todo tipo de 'oe, oe, oe' y ovaciones.
Ya es historia aquel delicado inicio de siglo en el que perdió el gusto por el escenario. El A.C. del tercer milenio es un roquero maduro y padre orgulloso que disfruta de uno de los momentos más interesantes de su carrera.
POR FIN ES VIERNES. ya es fin de semana. ESTA NOCHE A MUERTE. la de cosas que tengo que hacer. VOY A ESEEMEESEAR A ESTOS. a ver si no me llama nadie. PIDE OTRA RONDA DE CAÑAS. ¿un botellín a medias? BOCATA DE CALAMARES EN LA PLAZA MAYOR. un pescaito al horno con gulas. LA PRIMERA POR CAVA BAJA. ¿hay alguna peli buena en la tele? AQUÍ NOS INVITAN A UNOS CHUPITOS. mejor ponemos una en el dvd. ¿HAS VISTO A LAS DEL FONDO? ¿has puesto el lavaplatos? NOS INVITAN A LA PRÓXIMA. ¿una copita a medias? ¡QUÉ GARRAFÓN! ¡qué peliculón! MAÑANA DOLOR DE TARRO ¿descongelamos algo para mañana? VAMOS A OTRO SITIO. vamos tirando pa' la cama. VOY A LA COLA DEL BAÑO. me voy cepillando los dientes. PILLA UNOS BOCATAS AL CHINO. mañana vamos al mercadona. ¿LLAMAMOS AL VIEJUNO DE TU AMIGO? ¿quién era? han colgado. YA HAN ABIERTO EL METRO. zzzzzz, zzzzzz. HASTA MAÑANA. buenos días. ZZZZZZ, ZZZZZZ.
MAYÚSCULAS: el adolescente que llevo dentro.
minúsculas: el mismo adolescente haciendo cosas propias de su edad.
Una buena idea para despedir este verano puede ser hacerlo en una de las muchas terrazas que la calle Argumosa, de Lavapiés, pone en pie cada noche. Allí, entre toda la hilera de mesas y sillas que acaparan la acera formando una única gran terraza, se encuentra La Casa de las Tostas, un pequeño garito especializado en servir una gran variedad de aquello que le da nombre. Salmón con queso y caviar, payés de ibérico, churrasco con torta del casar, pisto con huevo de avestruz, carne gallega con cebolla caramelizada, pollo con queso de cabra...
Podría ser un sitio más de tostas como muchos otros de no ser por la singular carta y el tamaño de las mismas: enormes. Diferencia que aunque, evidentemente, pagas (6,75 euros por tosta, en terraza) termina por merecer la pena si tienes en cuenta que en otros muchos sitios similares, vas a pagar algo más de la mitad y te vas a quedar silbando.
Tiene, además, alguna que otra ración, ensaladas y amplia variedad en vinos.
En fin... un garito, que si vas por Lavapiés con hambre, y quieres ir a un sitio diferente al Melo's, no debes obviar.
La Casa de las Tostas está en Madrid, en la calle Argumosa, 31.
...y si después quieres una copita, muy cerca tienes El Aguardiente.
Nada más introducir los datos, el GPS mostró el camino a seguir. Parecía un recorrido muy sencillo que apenas iba a llevar más tiempo que el empleado en ir y volver, nada del otro mundo, nada distinto a otros viajes. Aún así, arranqué sin ninguna seguridad ni en el trayecto ni el destino que yo mismo me había marcado. Mis sospechas se confirmaron cuando al poco tiempo de comenzar a navegar, tanto la señal que indicaba el camino de regreso como las ganas de volver empezaron a desvanecerse, prolongando así una aventura entre todas las dudas que sus curvas, desvíos y socavones iban produciendo a lo largo de la senda de amor y amistad que todavía hoy, tantos años después, recuerdo cada vez que se juntan sus labios y los míos.